En la Historia de la lucha sindical de México, El SME ha sido un referente desde su creación.
Recordamos el primer estallamiento de huelga del SME, un 19 de enero de 1915, con demandas que incluían, antes de que existiera la Constitución de 1917, y en medio de innumerables dificultades, el reconocimiento del Sindicato, aumento salarial, pensiones e indemnizaciones a los accidentados, jornada laboral de 8 horas, pago de horas extras y pago a los enfermos, accidentados o familiares de fallecidos.
Entonces también habían políticos a favor y en contra de los trabajadores, y no los héroes que la historia oficial ha creado por décadas. A veces, los propios trabajadores no nos damos cuenta de que la historia la hacemos todos, día a día.
En ese entonces, las fuerzas carrancistas apoyaron a luchas auténticas como la de los trabajadores del SME, pero fue el propio Venustiano Carranza quien posteriormente atacó al movimiento cuando él ya estaba en el poder.
En esos tiempos, el SME no se confundió. Tuvo como punto de referencia de su lucha la decisión de la base trabajadora para el fortalecimiento sindical, antes que la participación en la política de corto plazo.
Cuando Carranza quiso convencerlos de atacar a Zapata y Villa, los compañeros del SME se negaron, porque tuvieron claro quiénes estaban de parte de la base trabajadora y quiénes en su contra.
En esa época, el SME se convirtió en un referente en la lucha de los trabajadores, papel que está obligado a mantener en la actualidad.
Entonces, el SME tuvo claro que la fuerza organizada de los trabajadores puede lograr condiciones de vida y de trabajo menos injustas para los trabajadores.
Actualmente, en medio de una crisis que se vislumbra como la peor en décadas, la alternativa única es la que el SME tuvo clara en sus inicios: la lucha organizada, a nivel de base, de los trabajadores.
Ésa actitud es lo que los enterados denominan independencia de clase. Es decir, las acciones son determinadas el beneficio que dichas acciones tengan para los trabajadores, y no para un político o partido en específico.
Esto obligará a que el partido o el político busque el apoyo de los trabajadores, y no al revés.
Nuestro referente debe ser, siempre, lo que beneficie a los trabajadores, independientemente de pugnas entre cúpulas.
Nuestro referente debe ser, siempre, lo que beneficie a los trabajadores, independientemente de pugnas entre cúpulas.
No nos cansaremos de insistir: La base trabajadora es la que cuenta.
1 comentario:
SOY ANTES QUE NADA UNA TRABAJADORA, PERO TAMBIEN PERTENEZCO A LA DIRECTIVA DE UN SINDICATO. QUE DESDE HACE AÑOS, BUSCA LA EQUIDAD OBRERO-PATRONAL, PERO AHORA TENEMOS UN RETROCESO CON EL SECRETARIO GENERAL DE NUESTRO SINDICATO. ES UNA PERSONA MACHISTA, PREPOTENTE E IGNORANTE, QUE HA QUERIDO DESTITUIR A 7 MIEMBROS. NOSOSTROS QUEREMOS: TRANSPARENCIA,LIBERTAD E INDEPENDENCIA. POR LO QUE EL SOLO QUIERE BENEFICIO PERSONAL. POR LO QUE ADMIRO EL CONTENIDO DE ESTE ARTICULO, Y ESTOY EN TOTAL ACUERDO Y APOYO DE QUE LA BASE TRABAJADORA ES AL QUE CUENTA. POR LA MALA EXPERIENCIA QUE ESTAMOS PASANDO INTERSINDICALMENTE, ESTA NOS IMPULSA PARA LUCHAR PARA EL CAMBIO.
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