El
comunicador se destacó por su aguda crítica y buen manejo del
lenguaje
Alonso
Urrutia
Periódico
La Jornada
Lunes
17 de octubre de 2011, p. 15
Periodista
de larga trayectoria, Miguel Ángel Granados Chapa falleció este
domingo por la tarde a los 70 años de edad, tras una larga
enfermedad que no le impidió realizar su trabajo. Su columna Plaza
Pública, escrita por primera vez en Cine Mundial hace 34 años, se
publicó incluso dos días antes del deceso.
Abogado
y periodista de profesión, Granados Chapa se destacó por su puntual
manejo del lenguaje en sus escritos, lo cual le valió su ingreso a
la Academia Mexicana de la Lengua.
Su
trayectoria periodística lo llevó también a ser galardonado por el
Senado con la medalla Belisario Domínguez, en 2008, cuando el
periodista luchaba contra la enfermedad que finalmente le causó la
muerte. En el recinto de la casona de Xicoténcatl, con el presidente
Felipe Calderón como testigo de honor, denunció ante los senadores
las tendencias al autoritarismo, a la criminalización de la protesta
social, a la guerra sucia enderezada no sólo contra los opositores
al régimen, sino contra los ciudadanos en reclamo de sus derechos.
Su
paso por Excélsior terminó abruptamente junto con el golpe que el
gobierno de Luis Echeverría dio, en el ocaso de su sexenio, al
diario dirigido entonces por Julio Scherer. Oriundo de Mineral del
Monte, en Hidalgo, donde nació el 10 de marzo de 1941, tras su
salida de Excélsior, Granados Chapa fundó junto con Scherer García
la revista Proceso, donde colaboró hasta el final de su vida. En ese
periodo, el periodista también se desempeñó en Canal Once y Radio
Educación (años después también lo haría en Radio UNAM) y
posteriormente, en 1984, participó en la fundación de este diario,
del cual fue subdirector entre 1984 y 1992.
Su
trayectoria profesional, que le permitió obtener en tres ocasiones
el Premio Nacional de Periodismo (en 1981, por artículo de fondo; en
2004, por su carrera como periodista y en 2006, por su Plaza
Pública), fue alternada también con su incursión en la vida
política. En 1994, su prestigio de periodista independiente le
permitió ser designado consejero ciudadano del Instituto Federal
Electoral, en un momento crucial para el país, en un año
convulsionado por el asesinato de Luis Donaldo Colosio y el
alzamiento zapatista.
Miguel
Ángel Granados Chapa, en octubre de 2008, al recibir la medalla
Belisario DomínguezFoto José Carlo González
Siempre
ligado a su tierra natal, en 1999 fue designado candidato a
gobernador por una coalición de izquierda. Otra de sus
preocupaciones recurrentes en su última fase de periodista fue la
concentración de los medios de comunicación electrónicos, y en
especial, el papel de las grandes televisoras del país: Televisa y
Televisión Azteca.
Fue
objeto de múltiples homenajes de diversas instituciones en la última
etapa de su vida: la Universidad Autónoma Metropolitana le otorgó
el doctorado honoris causa por su aporte al periodismo nacional; la
Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y la UNAM le organizó un
homenaje en 2009, la escuela Carlos Septién le concedió el Premio
Nacional de Periodismo el que se le entregaría el próximo jueves.
El
periodista escribió en su última columna: Es deseable que el
espíritu impulse a la música y otras artes y ciencias y otras
formas de hacer que renazca la vida, permitan a nuestro país escapar
de la pudrición, que no es destino inexorable. Sé que es un deseo
pueril, ingenuo, pero en él creo, pues he visto que esa mutación se
concrete. Esta es la última vez en que nos encontramos. Con esa
convicción digo adiós.
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