Para las
personas de menores ingresos los créditos son más caros que los de
la banca comercial
En abandono, una de cada 10 casas de Infonavit este sexenio
Israel Rodríguez J.
Periódico La Jornada
Domingo 8 de enero de 2012, p. 29
Una de cada 10 casas financiadas por el
Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores
(Infonavit), en la presente administración, se encuentran
abandonadas y están localizadas principalmente en los estados
norteños del país, donde prevalecen altos índices de violencia,
revelan informes oficiales.
De aproximadamente 2 millones de
créditos que ha otorgado el Infonavit –la mayor hipotecaria social
de Latinoamérica– entre 2006 y 2010, alrededor de 20 por ciento
(unas 400 mil viviendas) han sido para casas que no son habitadas, y
de éstas, aproximadamente la mitad están abandonadas, por factores
como la inseguridad, entre otros.
Recientemente, el diputado Enrique
Torres, del PAN, advirtió que las viviendas abandonadas son un foco
de insalubridad en las manchas urbanas, y son el lugar propicio para
actos vandálicos, para personas adictas a alguna droga y reuniones
de pandilleros.
Por su parte, estudios del Infonavit
señalan que otros factores que influyen para el abandono de
viviendas es la adquisición no asociada a una necesidad sino por
argumentos como por no perder el derecho a crédito, como inversión
o la voy a rentar.
También, por la pérdida de empleo,
particularmente en los segmentos de menores ingresos; la ubicación
lejana con relación a los centros de trabajo y la baja calidad o
inexistencia de los servicios públicos, el incremento en las
mensualidades, que ocasiona que el crédito sea incluso más caro que
el que ofrece la banca, y la crisis financiera mundial, acentuada por
la violencia que ocasionó el cierre de maquiladoras en la frontera
norte del país.
Pese a que el Infonavit es la
hipotecaria social de los trabajadores, este instituto ha incumplido
su mandato de proporcionar vivienda digna y accesible a sus
derechohabientes. Un ejercicio conocido como corrida financiera
demuestra que, antes de las últimas modificaciones efectuadas a la
ley a finales de 2011 y que aún no se publican en el Diario Oficial
de la Federación (DOF), era más costoso para un trabajador con
percepciones de hasta cuatro salarios mínimos contratar un crédito
con el Infonavit que con la banca privada.
Adicionalmente, los créditos para la
compra de vivienda no son suficientes para que un trabajador tenga
una casa con la superficie mínima habitable de acuerdo con las
recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas en su
programa Hábitat.
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