En solidaridad, publicamos carta de la
compañera Melanie Salgado, Coordinadora del área de educación del
Comité Cerezo México.
http://www.comitecerezo.org/spip.php?article1535
Como todos saben el Comité Cerezo
México, a petición de la coordinación organizadora de la Marcha
del 10 de junio de este año (2013), monitoreó en materia de DH este
evento en el que, lamentablemente hubo 22 detenciones (la mayoría de
ellas arbitrarias) y varios heridos por el uso excesivo de la fuerza
con el que la policía responde ante la demanda de memoria, verdad y
justicia como derechos fundamentales para el pueblo mexicano.
Al siguiente día me comisionaron como
responsable del caso y nos trasladamos a la Agencia 50 con el
objetivo de poner nuestra experiencia como organización de derechos
humanos independiente al servicio de los presos por motivos políticos
y de sus familiares que también estaban siendo víctimas de graves
violaciones a los derechos humanos y de la intimidación y
hostigamiento del cuerpo de granaderos.
Siento la enorme necesidad, después de
la gran experiencia que nos ha dejado a todos esta acción, de decir
que a pesar de la lluvia, de las largas horas en las que permanecimos
parados; a pesar de recibir el hostigamiento directo por parte de los
granaderos y policías vestidos de civil que nos estuvieron grabando
y amedrentando por medio de sus escudos y de sus dos intentos de
encapsular a los familiares y personas solidarias que nos
encontrábamos a las afueras de la agencia 50 en la calle Dr.
Lavista, a pesar del agua y los orines que nos aventaron con el
objetivo de que nos quitáramos de las inmediaciones de la agencia
50, a pesar del hostigamiento del Estado que comenzó a enviar por
medio de mensajes de voz las grabaciones de mis conversaciones con
familiares y compañeros solidarios a mi celular; a pesar de la
confusión, el caos y el estrés que provocan las autoridades del
ministerio público por la negación (por comisión) de los derechos
fundamentales tanto de los detenidos como de sus familiares; y, es
necesario decirlo, a pesar de la irresponsabilidad de algunos de los
abogados y organizaciones solidarias que sólo están al pendiente
del momento oportuno de tomarse la foto, dar la conferencia de prensa
y ganar reconocimiento sin un trabajo de relación, formación y
educación con los familiares y las personas solidarias; a pesar de
aquellas personas que consideran que la información es poder y
niegan hasta los nombres sin importarles causar horas más de
confusión, dolor y angustia a los familiares… a pesar de todo ello
muchas personas dotaron de sentido las palabras solidaridad y
derechos humanos con lo que permitieron que los lamentables actos que
he enunciado se opacaran ante el monstruoso poder que puede construir
la solidaridad cuando ésta se organiza, coordina y planifica bajo
objetivos claros.
A todas y cada una de las personas que
apenas vieron nuestro llamado comenzaron a atender las necesidades
específicas que se presentaban, a todos aquellos que dejaron de
hacer cosas de su trabajo, escuela o vida personal para acompañarnos
y garantizar mayor seguridad en nuestros traslados, a todos aquellos
que llegaron con dos y hasta más manos dispuestas a ponerse a
trabajar para lo que hiciera falta, a todos los que se presentaron
para donar tarjetas de crédito para celulares, medicinas, servicio
médico, víveres, dinero para las comidas de los familiares, dinero
para las fianzas, a todos los que llegaron con el cometido de
entregar los videos en los que claramente se apreciaban las injustas
y arbitrarias detenciones además de la violencia con la que lo
presos habían sido detenidos; a cada una de las personas que
llegaron con el objetivo de poner al servicio de todos los presos (y
no sólo de los de una organización o los de un grupo de abogados)
sus conocimientos profesionales para dar contención a las víctimas,
para dar una explicación legal de lo que estaba pasando, para dar un
testimonio que ayudara a los familiares a comprender lo que estaban
pasando los presos adentro e incluso para acompañar a víctimas y
personas a levantar quejas de derechos humanos y a recibir la
atención médica que no habían tenido les quiero dar las infinitas
gracias, no por lo económico, no por el tiempo, sino por la
increíble capacidad de demostrar que solidaridad y derechos humanos
son hechos concretos, son acciones organizadas, son compañerismo y
camaradería y no términos huecos que los políticos corruptos
mencionan para quedar bien ante la opinión pública.
En especial quiero agradecer, qué digo
agradecer, quiero reconocer a egresados y actuales estudiantes de la
Escuela de Derechos Humanos “Por la memoria, la verdad y la
justicia” así como a los colaboradores de todas y cada una de las
áreas y proyectos del Comité Cerezo México. Un reconocimiento
enorme a esos pequeños gigantes que hacen posible nuestro trabajo, a
esos pequeños gigantes gracias a los que familiares y personas
solidarias de los presos tuvieron un poco de mejores condiciones para
enfrentar la situación que estaban pasando (y que algunos siguen
viviendo).
A todos los que monitorearon la marcha
con nosotros, a todos los que me acompañaron, llevaron o trajeron en
mis traslados, a todos los que llegaron y organizaron “vacas”
para garantizar que hubiera comida y cena para los familiares de los
presos, a todos los que llevaron comida y más comida, a todos los
que llegaron a tomar fotos y grabar la situación que estábamos
viviendo, a todos los que se presentaron para llenar las fichas de
los presos y tomaron las relatorías de los familiares, a todos los
que, luego de ser víctimas de detenciones arbitrarias y de graves
violaciones a los derechos humanos llegaron dispuestos a compartir su
experiencia y solidaridad con los familiares de los presos, a todos
los que repartieron comida y agua entre los familiares al mismo
tiempo que trataban de tranquilizar y orientar, a todos los que,
desde su casas, oficinas o escuelas, utilizaron las redes de
solidaridad para cubrirnos y difundir lo que necesitábamos y lo que
pasaba… no puedo más que decirles que su ejemplo, su actitud, su
solidaridad, su entereza para llegar y hacer lo que se necesite (nos
guste o no tal actividad) ha sido una gran lección para mí, ha sido
una gran lección para todos.
Gracias a todos por demostrar que la
gran, la verdadera escuela no es el aula, no son los libros; son la
práctica y la calle en la que pasamos la prueba del fuego de la
práctica, en la que confrontamos lo aprendido con la realidad
concreta con el objetivo de mejorar nuestras experiencias y
enseñanzas.
Por esa simple, sencilla, gratificante
lección ha valido la pena la lluvia y el frío; ha valido la pena
las desmañanadas de cada uno de los sábados, ha valido la pena
todo.
No puedo más que decirles que lo que
hemos construido en estos días debe ser el alimento que nos
revitalice en los momentos difíciles: cuando el cansancio, la
frustración, la desesperanza, el miedo o la desilusión nos tienten,
recordemos, recordemos todos el pequeño esfuerzo de cada uno de
nosotros que ha construido ese gigante que se llama solidaridad, no
para usarla en beneficio personal o de grupo, sino para apoyar a
todos aquellos que son víctimas de las violaciones a los derechos
humanos que comete el Estado.
A los que conozco y a los que no
conozco más que por los delgados hilos que hemos tejido por medio de
la solidaridad desplegada en estos días, un enorme reconocimiento,
no saben cuánto hemos aprendido de todos. No saben la cantidad de
fuerzas, esperanza y aliento que han dado a todos.
A nombre del Comité Cerezo México
Melanie Salgado, Coordinadora del área
de educación del Comité Cerezo México
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