Como
Cárdenas, nadie escapa de la supervisión de la embajada yanqui.
¿Podrá AMLO?
Pedro
Echeverría V.
1.
Hoy, gracias a WikiLeaks y a su fundador Julian Assange, quien obtuvo
cables clasificados del gobierno de Estados Unidos (EU) redactados en
diferentes partes del mundo, se puede afirmar que el complot contra
Andres Manuel López Obrador, en 2005-06 sí existió. Todos sus
protagonistas desfilaron ante diplomáticos de la Embajada de Estados
Unidos en México y del Vaticano para conspirar contra quien en ese
momento encabezaba las preferencias electorales para ganar la
Presidencia. Se encontraron a tres personajes: El primero es Arturo
Sánchez Gutiérrez, consejero federal del Instituto Federal
Electoral (IFE) de 2003 a 2010; El segundo es José Sidaoui,
subgobernador del Banco de México de 2006 a la fecha, quien por ser
servidor público tenía prohibido hacer proselitismo usando su cargo
y el tercero, y el más inesperado es Cuauhtémoc Cárdenas
Solórzano, líder moral del PRD y ex jefe de Gobierno del DF y
demás.
2.
No fueron los jefes del complot contra AMLO, pero sí figuras claves
que sirvieron muy bien a la embajada yanqui para sus fines. Ya es
archisabido –además por propia confesión- que los jefes del
complot fueron: a) Salinas, el maquiavélico; b) Cevallos, el
despótico y c) Fox, el chachalaco; sin embargo éstos, que
construyeron el Plan, se aliaron al clero y a la embajada, así como
a cientos de personas para instrumentarlo. Cárdenas no tiene cara de
policía ni de chismoso sino de un político frustrado que –después
de tres intentos y la búsqueda de la cuarto oportunidad- no pudo
obtener la presidencia de la República. Además la CIA, como centro
internacional de inteligencia sabe perfectamente dónde cojea cada
quien, cuán es su parte débil. Conoce bien el dicho de que “con
dinero hasta el perro baila”, pero hay quienes bailan cuando les
ofrecen “prestigio”, “subsidios para publicaciones”, “becas”
y otras cosas con que se compra y corrompe fácilmente.
3.
Las embajadas yanquis en el mundo –y en México está absolutamente
demostrado- no son otra cosa que centros de espionaje. Desde ellas se
coordinan a todas las agencias yanquis del Departamento de Estado de
los EEUU (CIA, FBI, DEA, etcétera) para informar con detalle de todo
lo que sucede en cada país. No son 10 agentes, sino 10 mil agentes
repartidos en instituciones de todo el territorio nacional. Estos
mismos agentes construyen redes con personas de cada país con el fin
de lograr un conocimiento que va más allá, que no tienen los
gobiernos interiores de cada país. En la embajada yanqui –o
directamente en el Departamento de Estado- sí saben con detalle de
todos los movimientos políticos, de las protestas en cada entidad y,
sobre todo, de las revueltas y revoluciones que pueden estallar. ¿O
algún tontito cree que en los golpes al narcotráfico y contra las
luchas sociales, no han sido los EEUU quienes han dado las pistas
para la captura?
4.
Cárdenas o cualquier político, empresario o líder sindical o
social importante no escapa de la supervisión de los agentes de la
embajada. Poseen gruesos expedientes para tenerlos muy bien checados,
no por agentes yanquis, sino por agentes mexicanos de la red. Los
presidentes de la República, sus secretarios de Estado, el ejército,
la marina, la aviación, la policía, rinden pleitesía al embajador
yanqui en turno porque conocen su enorme poder. Los mexicanos no
pueden borrase de la mente el año de 1913 cuando en los sótanos de
la embajada de los EEUU, presentes todos los golpistas que luego
serían las más altas autoridades del país y presididos por el
embajador Henry Lane Wilson, se organizó el golpe de Estado contra
el presidente Madero y su asesinato posterior. Ha sido lo más
conocidos de otras muchas intervenciones yanquis en el país. Así
que el pobre Cárdenas, dolido porque fue desplazado por AMLO, tuvo
que actuar como lo hizo.
5.
Pero la bronca no debe ser personal contra Cárdenas sino contra su
posición política de un limitado nacionalismo (México, México)
sólo efectivo para los fanáticos de fútbol y para los
guadalupanos; en un momento en que el imperio de EEUU invade países
con sus aviones y misiles mientras los capitales internacionales (sin
nación) dominan el mundo con sus negocios. La oposición de Cárdenas
y sus fieles seguidores a la política lópezobradorista ha sido
siempre evidente y hasta pública. Cárdenas rompió con el PRI
neoliberal de Salinas pero no con el PRI nacionalista que heredó de
su padre. Sus ideas se identifican con “los chuchos” del PRD y
seguramente también con sus métodos de hacer política. López
Obrador lo conoce bien, pero como “hijo político” se siente
agradecido; pero AMLO tendrá que ser muy claro en diferenciar sus
posiciones políticas si no quiere ser confundido. Lo hecho por
Cárdenas contribuirá a dividir más al PRD entre AMLO y “los
chuchos”.
6.
Ningún país capitalista del mundo (con excepción de los muy
jodidos de África, Asia y América Latina) podrá ser nacionalista.
Después de la segunda guerra, de la ONU, de los organismos mundiales
y sus programas, es decir desde hace 60 años, se acabaron los
mercados y los capitales nacionales, todo opera de manera
internacional o trasnacional. El “nacionalismo” de hoy es sólo
para favorecer capitales internacionales que circulan en la nación,
no para beneficio de un mercado interno o de la población. Por eso
las batallas tienen que ser internacionales, contra los 20, siete y
los mismos EEUU que imponen sus intereses en el mundo. Por eso Cuba,
Venezuela, Bolivia, Nicaragua –por no decir la URSS, China y el
bloque de Europa del Este- jamás pudieron construir socialismo
alguno y sólo se quedaron con la voluntad. Así que con himno,
bandera y escudo, así como con los patriotas, debe hacerse un
chorlito para meterlo en el baúl de los recuerdos.
7.
López Obrador ha buscado la unidad, hasta con quienes lo critican
desde la izquierda; eso es muy bueno. Sin embargo es muy importante
que así como su libro: “La mafia que se adueñó de México…”
y el programa de Morena, siga definiendo ideológicamente los que ve
en el país y en el mundo con el fin de diferenciarse del oportunismo
y de las tonterías de los candidatos del PRI, PAN, PRD. El sabe que
el mal del país se inició hace muchas décadas, empeoró a partir
de 1982 y se profundizó con los dos gobiernos del PAN; sabe que el
problema de la dependencia económica de México viene de por lo
menos desde el Porfiriato. Eso muchos lo saben pero las amplias masas
no, por eso tiene que explicado con detalle. ¿Creen acaso que los
panistas proempresariales y los prístas que han dominado casi
ochenta años, pueden explicarlo sin morderse la lengua? López
Obrador sí lo puede hacer. Esperemos.
http://pedroecheverriav.wordpress.com
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