Policía del DF revela cómo se les ordenó hacer detenciones "como fuera":
Es inexplicable que no se utilicen los
videos captados por las cámaras de la ciudad, añade
Periódico La Jornada
Lunes 10 de diciembre de 2012, p. 7
Un policía capitalino que actuó el
pasado primero de diciembre asegura que sus compañeros pasaron de la
contención a las detenciones en la avenida Juárez cuando por radio
se les informó que debían realizarlas por orden directa de Marcelo
Ebrard, todo en un vacío de mando, como un limbo, en la
transferencia de poderes.
El uniformado señala que hubo
aprehensiones fuera como fuera, que algunas instrucciones eran
lanzadas por radio con la clave del jefe Mondragón que ya no era
jefe, que varios de los destructores del Centro Histórico llevaban
un guante negro con los dedos cortos y algunos no sabían ni pintar
el símbolo de los anarquistas, que las cámaras del Centro de
Control y Comando (C2) se han quedado inexplicablemente inutilizadas
para saber qué pasó ese día y que los policías están nerviosos
por temor a que los políticos nuevamente se limpien con ellos a la
hora en que los estudiantes exijan castigo a los responsables de las
detenciones sin fundamento.
Es un agente grado primero que se
identifica ampliamente pero pide guardar su identidad. Lleva el
uniforme puesto y acepta ser videograbado, de espaldas. De mediana
edad, dice haber terminado la secundaria y conocer a la policía a
profundidad; tiene hijos que son universitarios y deplora que la
política ponga a pelear a las familias. Le mueve a hablar el haber
visto ese caos que llevó a injusticias contra ambos bandos y el
abandono en que siempre se tiene a los policías, como sucedió en
Tláhuac, en el News Divine y en otros casos en los que la hebra se
rompe por el lado de los agentes y no de los verdaderos responsables.
Mondragón y Ebrard, en este caso.
En el auge de la campal
¿De quién provino la orden de
comenzar a detener gente?: “Por las frecuencias de radio, por el
Tetra (marca del sistema de radioenlace Terrestrial trunked radio: N.
de la R.) ya no se sabía, los mandos ya no sabían; algunas órdenes
las lanzaban con la clave del jefe Mondragón, que para ese entonces
se supone que ya no era el jefe de nosotros porque ya estaba tomando
protesta en San Lázaro, y en el auge de la campal, en la situación
cuando ya está más fuera de control, ya las órdenes decían que ya
venían directo de Marcelo Ebrard”.
Narra parte de lo que vivió: Estaban
todos, el jefe Centro, el jefe Revolución, el jefe Morelos, el jefe
de los Pumas, prácticamente de todos los cuadrantes de la delegación
Cuauhtémoc. Es obvio que nadie dice la orden es directa, pero se
escucha por el Tetra; en el nerviosismo o en el caos, no sé de quién
salía directo la orden y salió así, ¿no?, la orden directa de
Marcelo. La orden de cuando dejamos de contener, porque primero fue
pura contención, resistir los embates, porque eso sí fue muy real,
la policía no llegó de que llegamos y los atacamos, la policía
atacó hasta después de una hora de estar resistiendo; aventaban de
todo, los videos son muy claros, y allí se dio la orden R9, de hacer
detenciones... ¡R9, R9 ya!, y es el momento de que, pos pásale,
¿no?
En la Alameda “era un caos en el que
ya no se podía hacer nada. Llegó el momento en que las corretizas
ya eran un desastre. Las frecuencias saturadas por ambulancias,
detenciones de ‘súbete a la patrulla’ y vámonos, fuera como
fuera. Unos actuaban y otros no. Hubo un momento de confusión en el
Hemiciclo a Juárez, entre que unos comenzaban ya desesperados a
golpear o, más que nada, a defenderse, y había órdenes de ‘no,
todavía no pueden intervenir, sólo contención’, como en otras
manifestaciones. Pero las otras son pacíficas, a lo mucho nos
arrojan pintura, orines, agua, lo que sea. Y aquí empezaron que
¿quién está ordenando?, ¿quién, a ver? Seguramente al calor del
momento: ‘la orden es directa de Marcelo Ebrard’. La orden ya de
hacer el R9, ¿no? Detenidos, ya quieren detenidos”.
¿Aprehensiones arbitrarias, injustas?:
“cuando dicen deténganlos, muchos sí fueron agarrados de los que
estaban golpeando a los policías; muchos otros fue al momento pues
ya de, presta, ¿no?, de mucha gente que se paraba a reclamarnos,
¿no?, porque te los llevas. De los que sacan el celular, eso es muy
típico, ¿no?, todo mundo nos graba, hagamos lo que hagamos, y pues
sí en la molestia, impotencia y la frustración de todos nosotros.
Además de que la orden era ‘agarren ya’: no fue una orden así
de ‘agarren a todos’, pero sí de ‘agarren a todo aquel que se
ponga pendejo’ (...) no a todos los que se agarró fue a los que
estaban agrediendo o causando destrozos. Incluso de todos los
detenidos que vi, en la 50 en el búnker, no vi a nadie de los grupos
que se hacen llamar anarquistas que estuvieron ese día. Muchas
señoras que sí, o gente que va pasando y que en ese momento dice
‘no te lo lleves’, pero que a lo mejor no estuvo en la marcha”.
El policía de primer grado dice que
siempre hay infiltrados para controlar a los más agresivos. Por
ejemplo: señoras llenas de trenzas de pelo amarillo, pintado;
parecerían de la Facultad de Filosofía, . Cuando se les detiene, se
identifican con la clave X3 o muestran el radio Tetra que llevan
escondido, exclusivo de la policía, y son liberados. Dice que un
problema legal evidente es que los detenidos fueron aventados a las
patrullas y luego se integraron mal las averiguaciones previas, con
errores en cuanto a lugar y circunstancias del apresamiento.
Recuerda que el C2 es capaz de ubicar a
un par de ladrones en el Centro Histórico, seguirlos, avisar a una
patrulla por dónde se metieron hasta a otra colonia para que los
alcancen, pero el primero de diciembre no siguió a los encapuchados.
Afirma que los anarquistas que él conoce son puros alcohólicos y
drogadictos, que tienen protesta contra el gobierno, pero sin
organización como la que se les achaca. Comenta que varios de los
destructores eran vendedores ambulantes, de los que siempre están
afuera de la Plaza de la Computación. Lamenta que al necesitar más
contingentes los mandos policiacos recurran a policías bancarios,
que cuidan oficinas o fábricas y son puestos a controlar
manifestaciones y detener gente.
Y cierra mencionando que en la policía
hay un chingo de descontento contra los mandos y en especial contra
Ebrard y Mondragón, porque actúan con fines políticos y sacrifican
a los agentes para cuidar sus figuras.
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