Van 28 víctimas, pese a que la CIDH
ordenó medidas cautelares
- Abatidos, firmantes de minuta para frenar a grupos armados de la región
- En el caso más reciente, Trinidad de la Cruz fue torturado y asesinado
- De 300 familias que estuvieron asentadas en la zona costera sólo quedan 30
De los dirigentes comunales de esa
región de Michoacán sólo queda vivo Santos Leyva
Blanche Petrich
Periódico La Jornada
Jueves 22 de diciembre de 2011, p. 7
La minuta de la última reunión que
sostuvieron las autoridades federales y del estado de Michoacán con
los líderes comunitarios de Ostula para intentar frenar la acción
criminal de los grupos armados que asuelan la región costera, el
pasado 28 de noviembre en Morelia, lleva al calce las firmas
vacilantes de Trinidad de la Cruz Crisóstomo y Santos Leyva,
septuagenarios líderes del movimiento indígena nahua que por
décadas mantuvieron vivo el anhelo de recuperar los territorios que
les habían sido despojados en las riberas del municipio de Aquila.
Santos Leyva fue presidente de bienes
comunales. Su hijo, Pedro Leyva, destacó en el liderazgo en años
recientes y había llevado la causa a otros espacios de resistencia,
como el Congreso Nacional Indígena y el Movimiento por la Paz con
Justicia y Dignidad. El 6 de octubre fue asesinado. Resultó la
víctima número 27 del implacable proceso de exterminio que padece
ese pueblo que había resuelto, tres años antes, fundar un nuevo
centro poblacional, al que bautizaron Xayacalan ("Lugar de las
máscaras"), derivado de su danza ritual de los xayakates.
Santos Leyva, ya mayor, con la vista
cansada y una sucesión de duelos en el corazón, es el único que
queda vivo de toda una generación de autoridades comunitarias que
han caído una tras otra.
El último en ser asesinado fue
Trinidad de la Cruz, firmante de la minuta. Tenía 73 años. Había
sobresalido por su activismo en favor de las guardias comunales que
se integraron, siguiendo el modelo de las policías comunitarias de
San Luis Acatlán. Fue secuestrado, torturado y muerto apenas ocho
días de la reunión referida. Él es el número 28.
Dicha minuta revela la incapacidad de
las fuerzas de seguridad federales y locales para hacer frente a las
bandas armadas relacionadas con el narcotráfico que disputan el
control de la región.
"Díganos qué es lo que van a
hacer"
A la reunión que se celebró en la
Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán asistieron
funcionarios de las secretarías de Gobernación y de la Defensa
Nacional, del Ministerio Público Militar de la 21 Zona Militar y del
gobierno de Leonel Godoy.
Ahí, don Trini y don Santos explicaron
que las incursiones de caravanas de tres o cuatro vehículos con
hombres fuertemente armados no había cesado. Identificaron las
comunidades de donde salían: La Placita (donde radican los presuntos
propietarios que disputan las tierras a los indígenas en tribunales
agrarios), El Faro, Aquila, Chayacalan, Rancho Los Mendoza y La
Playa.
Expresaron que las medidas cautelares
emitidas anteriormente por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) para localizar a cuatro paisanos desaparecidos y
proteger la vida de otros amenazados no habían tenido ningún
efecto. Y pedían expresamente que cuerpos de seguridad combinados y
rotativos –para evitar la corrupción, hicieron hincapié–
realizaran rondines, ofreciendo además garantías a las guardias
comunales. Para resolver estas peticiones se estableció otra mesa de
negociación.
Esta instancia ya no fue a ningún
lado. Es público cómo fue asesinado ocho días después don Trini.
Con nombres y apellidos
Algo similar sucedió en septiembre.
Pedro Leyva asistió a una audiencia con la relatoría de la CIDH
para evaluar los avances en el cumplimiento de las medidas cautelares
que había ordenado el organismo interamericano en septiembre de
2010. La reunión fue en la Secretaría de Gobernación. La
intervención de los representantes de Ostula fue dura. Afirmaron que
el Estado mexicano había sido omiso; que a las 11 muertes y una
desaparición forzosa, que se contaban ya al momento de la emisión
de las órdenes de protección, se habían sumado en un año 16
asesinatos y tres desapariciones más. Identificaron ante las
autoridades presentes a los principales perpetradores de estos
crímenes, con nombres y apellidos.
Las autoridades alegaron que el
Ministerio Público no podía actuar si la comunidad no presentaba
denuncias. Los representantes de la comunidad demostraron que sí
habían levantado demandas pero que la procuraduría estatal sólo
tenía abiertas tres averiguaciones previas. Señalaron que por la
inseguridad imperante tenían que trasladarse hasta el Ministerio
Público de Coahuayana, donde, sospechaban, las autoridades estaban
coludidas con los delincuentes. Y tenían un ejemplo irrebatible: uno
de los cuatro desaparecidos de la comunidad es el adolescente Enrique
Domínguez, de 17 años, que fue levantado cuando iba camino a
Coahuayana con varios familiares a darle seguimiento a la denuncia
por la desaparición de otros tres.
"Díganos qué es lo que van a
hacer", habría exigido Pedro Leyva. Los representantes de la
CIDH constataron que las autoridades no habían presentado ningún
avance positivo en sus obligaciones.
Después de la reunión en Gobernación,
Pedro Leyva asistió a una de las asambleas de los lunes del
Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en el local de
Servicios y Asesoría para la Paz, (Serapaz). De ahí volvió a
Xayacalan, con la idea de estar de regreso el 14 de octubre, ya que
él integraba el grupo que iba a dialogar con el presidente Felipe
Calderón por segunda vez en el castillo de Chapultepec. Fue abatido
el 6 de octubre.
Hoy en día la población de Xayacalan
está diezmada. De las 300 familias que se habían asentado en la
zona costera quedan 30; las demás se han exiliado en los pueblos
vecinos. No queda vivo ningún dirigente, excepto Santos Leyva.
Incluso sus representantes y abogados viven con medidas extremas de
seguridad, lo que les impide estar presentes en las oficinas del
Ministerio Público y en los juzgados, exigiendo la justicia que se
les niega.
Don Trini fue enterrado el 10 de
diciembre, pero no en sus tierras, sino en la vecina playa La Ticla.
Ahí sí, fuertemente custodiado por elementos del Ejército. Los
días 11 y 17 de diciembre, superando el miedo, la comunidad realizó
dos asambleas y pidió que la Marina entrara de inmediato a hacer
rondines. El domingo 18, después de años de ausencia, entró a
Xalacayan el primer pelotón de marinos.
"Eso sólo resuelve la situación
más crítica, aplaca un poco el miedo. Pero falta la solución de
largo plazo. Mientras, no hay la certidumbre necesaria para que
comuneros y gobierno puedan continuar con el proceso agrario".
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