La Estela de Luz, sin la
Plaza del Bicentenario
COLUMBA VÉRTIZ DE LA
FUENTE
2 DE ENERO DE 2012
REPORTAJE ESPECIAL
La Estela de Luz. Danza
de millones.
El arquitecto César
Pérez Becerril, quien con su Estela de Luz ganó el concurso
conmemorativo del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la
Revolución en 2010, y que está próximo a inaugurarse (un año y
tres meses después de lo previsto), no se explica por qué aumentó
el presupuesto si su proyecto se redujo 85% y le fue abortada
inexplicablemente la plaza que cumpliría varias funciones
significativas. “Se burlaron del presidente y de la historia del
país”, explica.
MÉXICO, D.F. (Proceso).-
La pregunta que esparce el arquitecto César Pérez Becerril
(encargado del despacho que ganó el Proyecto Monumento Conmemorativo
del Bicentenario de la Independencia a través de un concurso
público) es: ¿Por qué subió el presupuesto de la Estela de Luz a
más de mil millones de pesos (mil 36 millones 460 mil) cuando quedó
en menos de 15% de las 3 hectáreas que abarcaba la idea original con
un costo de 400 millones de pesos?
La Estela de Luz, el
proyecto con el que el gobierno federal celebró el Bicentenario de
la Independencia, debió ser inaugurada hace un año tres meses y
quedaría como el monumento emblemático de este sexenio, pero se
truncó por la corrupción y las anomalías de construcción y tipo
administrativo que ha padecido. Detrás de todo están III Servicios
(filial de Pemex y encargada de la obra), la Secretaría de Educación
Pública (SEP) y el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las
Revoluciones de México (INEHRM).
Según III Servicios,
dejó lista la construcción y el 31 la entregó a Banjercito, “sólo
dependerá de la agenda del presidente para señalar el día de la
inauguración”. Pero no hubo el mayor ruido al respecto. No fue
presentada por Felipe Calderón el 31 de diciembre como se había
informado. Hasta el cierre de esta edición, se desconocía la fecha
oficial de su apertura.
Pero el pasado 17 de
diciembre, a las 14:46 horas, en su cuenta de twitter Calderón
mostró una foto del monumento conmemorativo y escribó:
“La Estela de Luz, en
el momento de la colocación del último panel de cuarzo.”
Luego, a partir del 20 de
diciembre, varios diarios nacionales anunciaban la inauguración, sin
citar una fuente, el jueves 5, y que habría un segundo acto tres
días después, el domingo 8.
No obstante, el Diario
Oficial de la Federación publicó el 22 del mes pasado que se
retiraron del servicio del Gobierno del Distrito Federal los 4 mil
662.77 metros cuadrados que rodean a la Estela de Luz porque serán
responsabilidad de la SEP, a través de Conaculta, donde se llevarán
a cabo actividades culturales.
En tanto, Ignacio López,
actual director de III Servicios, declaraba a los medios que iba a
demandar a Pérez Becerril por “daños ocasionados” a la empresa
que representa, “porque el arquitecto fue el principal responsable
de que los costos de la estela se elevarán al entregar incompleto el
proyecto ejecutivo. No descartó además hacer lo mismo contra el
INEHRM.
Pérez Becerril, a su
vez, afirma a Proceso que está a la espera de que lo haga para sacar
con detalle toda la verdad.
La construcción de dos
columnas de 104 metros de altura y una plaza en Paseo de la Reforma y
Lieja se inició el 22 de septiembre de 2009, y enseguida comenzaron
los conflictos. Su autor percibió problemas de corrupción (Proceso
1812). Juan Alberto Bravo Hernández, quien entonces era responsable
del monumento en III Servicios, ya había laborado para Gutiérrez
Cortina Infraestructura (Gutsa) y debía invitar a cuando menos tres
empresas a concursar para construir el proyecto, pero la ganadora,
casualmente, fue Gutsa, que estaba inhabilitada por la Secretaría de
la Función Pública (SFP) por incumplimiento de contratos en obras
de la Autopista del Sol.
Pérez Becerril pidió en
2010 que la SFP realizara auditorías, por lo que despidieron a Bravo
Hernández y al entonces director de III Servicios, Agustín Castro,
junto con otros 25 trabajadores. Al entrar Ignacio López como
director de iii Servicios, Pérez Becerril le entregó toda la
documentación, y luego a éste le negó la entrada a la obra.
Hacia julio de 2011, el
arquitecto dio a conocer que Alonso Lujambio, secretario de Educación
Pública, lo presionaba para que no revelara la corrupción del
proyecto. Lujambio negó todo a Proceso. En tanto, Pérez Becerril
llevó, junto con el diputado del Partido Verde, Pablo Escudero, la
documentación a la Auditoría Superior de la Federación. Y el
Colegio de Arquitectos avaló la estela del arquitecto.
El pasado 13 de diciembre
la SFP inhabilitó por 12 años para ocupar cualquier empleo en el
gobierno federal al exdirector general de iii Servicios, Agustín
Castro Benítez, por irregularidades en la construcción de la Estela
de Luz; por un año al exgerente de administración y finanzas,
Ricardo Morales, y al exgerente jurídico de dicha instancia, Rubén
Arenal, además de que citó a proceso de responsabilidad
administrativa a quienes formaron parte del Comité de Obras
Públicas. Se trata de 10 personas.
Una rampa
El monumento ha sido
terminado, pero con modificaciones. Pérez Becerril denuncia en
entrevista que pusieron un rampa porque según ellos el proyecto no
cumplía con un área para discapacitados, “pero no dijeron que mi
proyecto tenía considerados elevadores para esas personas y de la
tercera edad, con las dimensiones máximas para que pudieran entrar y
salir con holgura y acceder a los diferentes niveles de este
espacio”.
Explica que el segundo
sótano, donde se recordaría a la tercera parte de la población que
dio su vida para tener un país libre con una posibilidad de un
futuro mejor, iba recubierto de obsidiana, pero pusieron tabla roca.
“La concepción de esta
área la transformaron porque también la redujeron”, notifica.
De nuevo le surge el
interrogante:
“¿Por qué subió el
presupuesto a más de mil millones de pesos si ya no hay obsidiana y
se redujo este espacio, dónde está ese dinero?”
–¿Qué opina de esa
rampa?
–Imaginemos la subida
de más de 150 metros lineales de una rampa para un minusválido en
silla de ruedas o muletas, cuando propuse elevadores. Bueno, también
quitaron un muro donde existiría un mensaje conmemorativo a las 62
lenguas indígenas que se hablan en el país.
Habla de que cambiaron
las escalinatas que completan el foro para actividades artísticas y
culturales, y que funcionarían como asientos:
“Eran de 60 metros de
longitud, de granito macizo para que duraran más de 200 años; las
redujeron a la mitad, a 33 metros de longitud, y las construyeron de
placas.”
Pérez Becerril recalca
que todo abarcaba tres hectáreas, 30 mil metros cuadrados, pero
abolieron la Plaza del Bicentenario sobre el Circuito Interior,
“donde integrábamos una zona arbolada, reorganizábamos lo que es
la rampa de los microbuses e integrábamos el Museo de Arte Moderno…
ahora sólo quedó, bueno, ni 15% del proyecto original.”
Incluso la gente no
caminaría por la vía vehicular, sino por la Plaza Bicentenario, y
se recuperaban las aguas en la temporada de lluvia:
“Éstas se purifican y
salían juegos de agua pura, evitando que los niños se enfermaran;
éstos iban a tener un sistema de iluminación. ¡Iba a ser la fuente
más grande de México!”
La Plaza Bicentenario
mediría dos hectáreas de las tres en total del proyecto.
De la reducción a 15%
donde se creó la Estela de Luz, opina tajante:
“Se burlaron del
presidente, de la sociedad mexicana y, más allá, de la historia de
este país.”
Para mediados de enero el
Colegio Mexicano de Ingenieros Civiles presentará en la Cámara de
Diputados un dictamen a favor del proyecto de Pérez Becerril.
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