Apuntes sobre Sociología de la Educación
3 enero, 2010
Dos ejemplos contrapuestos de enseñanza.
Archivado en: Conferencia 3. Francisco F. Palomares — dsociologico2010 @ 22:53
Tags: Autoritarismo, Barbiana, Democracia, Enseñanza, Japón, Libertad, Modelos, Palomares, Punset, Socialización
Tags: Autoritarismo, Barbiana, Democracia, Enseñanza, Japón, Libertad, Modelos, Palomares, Punset, Socialización
Durante la conferencia del profesor Francisco Fernández Palomares se pusieron en evidencia dos ejemplos contrapuestos de enseñanza en su dimensión social y en su dimensión pedagógica a través del visionado de dos videos:
Valgan estos dos ejemplos para llegar a comprender la importancia de la dimensión social y por extensión, la dimensión pedagógica de la escuela en nuestros días. En sociedades como Japón, impera la filosofía del éxito. El capitalismo, la economía, el paternalismo envuelven la ideología nacional que es inculcada desde las aulas. La política de jerarquía, integración al grupo y sumisión al mismo, la obediencia y la eficacia productiva están presentes.
En su dimensión pedagógica, el conocimiento se engloba dentro de unas normas tradicionales y rígidas; la metodología se basa en la asimilación y repetición de mensajes que vienen dados; la relación social con el alumnado se basa en el autoritarismo y proporciona individuos pertenecientes a un grupo homogéneo y autómata. El entorno es de aislamiento y el profesorado está al servicio de la nación.
La realidad de Barbiana se corresponde con un Estado de Bienestar, con la vida en democracia. La ideología se basa en el pensamiento libre y los derechos de las personas, la igualdad, la responsabilidad, la solidaridad y el desarrollo personal.
Los alumnos se acercan al conocimiento conscientes de la existencia de otras realidades (mediante la lectura de la prensa diaria, por ejemplo). Los intereses son vitales.
La metodología de enseñanza se centra en la participación, el diálogo, lo cual fomenta las relaciones entre individuos dentro de un grupo que es diverso. Las opiniones importan y se genera un entorno abierto y no sometido. El profesor es un intelectual transformador.
En nuestra sociedad democrática, la finalidad de la educación responde a una escuela “de compromiso” que asume el Estado con el ciudadano bajo las garantías de libertad y sociedad justa, con un sentido social y educativo. La escuela debe desarrollar la personalidad del individuo, debe formar individuos “vivos” y competentes para satisfacer un derecho básico que es de todos, sin segregaciones ni exclusiones. El sistema de enseñanza ha de ser inclusivo. La cohesión social pasa por tomar a la igualdad y la diversidad como base. El éxito escolar es para todos.
La razón de la existencia de las escuelas democráticas se fundamenta en el apoyo y extensión de la Democracia pero para ello es indispensable que no sea una democracia ambigua:
- las ideas deben circular libremente
- la confianza en las personas y sus capacidades es esencial
- la solidaridad y el respeto a las minorías
Para todo ello, los docentes debemos trabajar con un currículo que aporte esas experiencias y que sirva de apoyo para transmitir estos valores.
La concepción de las asignaturas, como señala F. Palomares cambia y el currículo debe extender más allá del conocimiento oficial, los valores democráticos.
Añadiré al final de la reflexión sobre esta conferencia un extracto de un artículo de Eduardo Punset titulado “La crisis de fondo está en la educación”, que me ha parecido especialmente adecuado.
(…..) ¿Cuál será, pues, a partir de pasado mañana, la misión de los sistemas educativos en el futuro? ¿Formar especialistas? No. La reforma de la enseñanza se propondrá dimensionar ciudadanos en un mundo globalizado. ¿Pertrechar las mentes de sus estudiantes? No. Los esfuerzos venideros en materia educativa apuntarán a reformar los corazones de la infancia y la juventud, olvidados por la obsesión exclusiva en los contenidos académicos.
¿Cómo se consigue alcanzar esta misión? Cumpliendo estos dos objetivos. Uno: aprender a gestionar la diversidad de las aulas modernas, a las que ha cambiado profundamente su cariz la globalización. Se trata de fomentar la inteligencia social y no sólo la individual, hacer que sirva para concatenar cerebros dispares y distintos, tomando buena nota de sus diferencias étnicas, culturales y sociales.
Simultáneamente –y éste es el otro objetivo–, resultará imprescindible que los maestros fomenten el aprendizaje de las emociones positivas y negativas, que son comunes a todos los individuos y previas a los contenidos académicos destilados a la infancia; es decir, aprender a gestionar lo que nos es común a todos. Se trata de enseñar a los jóvenes a gestionar la rabia, la pena, la agresividad, la sorpresa, la felicidad, la envidia, el desprecio, la ansiedad, el asco o la sorpresa.
Al profundizar en el sistema de enseñanza del futuro, estamos constatando que, lejos de ser la profesión de maestro una de las más livianas, es ya, sin lugar a dudas, las más compleja y sofisticada de todas ellas. ¿Cómo ha podido la sociedad, los propios educandos y las instituciones hacer gala de tanta ceguera?.
20 diciembre, 2009
El papel de la escuela en los tipos de Socialización
Archivado en: Sesiones 1 y 2 — dsociologico2010 @ 23:00
Tags: Alumnado, Ciudadanos, Escuela, Profesorado, Socialización
Tags: Alumnado, Ciudadanos, Escuela, Profesorado, Socialización
La escuela como microsociedad de la sociedad adquiere nuevas funciones sociales: prepara para el trabajo en la medida en la que estandariza el curriculum, adapta y transforma a los ciudadanos, los dota de capacidad crítica e integra en la sociedad al individuo.
Desde que nacemos hasta que morimos progresamos en autonomía a medida que asimilamos el contexto social al que pertenecemos. Eso sí estamos sometidos a ciertos marcadores como la identidad cultural, sexual, la localización…
Nos socializamos primero en familia (agencia) a través de los agentes (padres). En un segundo período nuestro paso por la escuela nos marcará profundamente. Pasamos mucho tiempo en los centros educativos, estamos abiertos a múltiples informaciones y lecturas de la realidad. De ahí la importancia de revisar constantemente los contenidos curriculares y de enseñar al alumno no sólo materias estandarizadas, sino la capacidad de analizar, interpretar y emitir juicios críticos que le formarán como ciudadano.
El papel de la escuela es fundamental en nuestra formación como ciudadanos. Nos prepara para que entremos en un mundo en el que el bombardeo de información nunca objetiva es constante, donde todo está mediatizado y obedece a unos intereses determinados. Es por ello que insisto – desde mi discurso optimista - en que es de vital importancia la concienciación de que la escuela debe aportar todos los instrumentos necesarios para “construir individuos libres de pensamiento” y con una muy alta capacidad crítica para discernir los mensajes emitidos por los grandes titanes de la comunicación.
Es obvio que el poder de los medios es extremadamente fuerte y cuenta con una amplia red de canales eficaces en la transmisión de sus mensajes, pero creo firmemente en la capacidad del individuo para seleccionar y para reflexionar. Cuanto más sentido crítico poseamos, menos manejables seremos por los intereses del mercado o los intereses políticos.

¿Cómo es el alumnado?.
Por una mayor funcionalidad, el sistema educativo tiende a homogeneizar. La escuela debe igualar oportunidades e individuos pero es cierto que la diversidad está presente en el alumnado.
El alumno puede ejercer lo que Bordieu llama violencia simbólica. La escuela presiona y los alumnos se oponen en determinadas ocasiones. Es curioso al respecto de la resistencia en el aula la reflexión sobre la figura olvidada del “zoquete” que analiza el francés Daniel Penac en su libro “Mal de Escuela”. El alumno que es capaz, pero que no quiere aprender y se siente excluído en el aula
A menudo asistimos a resistencias de índole externa cuando existe una falta de concordancia entre el escolar y la escuela.
El alumno puede percibir igualmente una violencia sistémica por parte de la escuela, cuando le llegan por parte del profesorado mensajes autoritarios, no flexibles o en lenguaje no adaptado. El profesorado no debe caer en esto para evitar esta situación y debe atender a la diversidad del alumnado a la hora de transmitir sus mensajes.
Existen diferentes tipos de alumnos con diferentes capacidades/ diferentes intereses /diferentes habilidades/diferentes niveles pero, sobre todo, con derecho a las mismas oportunidades. La igualdad se conseguirá teniendo en cuenta la pluralidad.
¿Y el profesorado?.
La diversidad está muy presente en el perfil del profesorado. Queda claro que sus valores en todos los casos deberían atender a la ética y al carisma profesional.
Las funciones del docente han sido ampliadas por las tareas administrativas que pueden minar su función original.
El profesor debe estar en continua formación, pero sobre todo en continuo contacto con la realidad cambiante.
Y esto último implica que el docente no olvide el papel social que representa en la escuela. No es un mero transmisor de contenidos y procedimientos. Debe ser capaz de entender a sus alumnos, de atender a cada uno de ellos, pues tienen necesidades diferentes, debe poder detectar en la medida de lo posible los problemas de la clase e intentar resolverlos. Al fin y al cabo el aula es un espacio de convivencia. También debe intentar desarrollar sus capacidades y enseñarles a creer en sí mismos mediante la seguridad que pueda transmitir en sus mensajes
Desde que nacemos hasta que morimos progresamos en autonomía a medida que asimilamos el contexto social al que pertenecemos. Eso sí estamos sometidos a ciertos marcadores como la identidad cultural, sexual, la localización…
Nos socializamos primero en familia (agencia) a través de los agentes (padres). En un segundo período nuestro paso por la escuela nos marcará profundamente. Pasamos mucho tiempo en los centros educativos, estamos abiertos a múltiples informaciones y lecturas de la realidad. De ahí la importancia de revisar constantemente los contenidos curriculares y de enseñar al alumno no sólo materias estandarizadas, sino la capacidad de analizar, interpretar y emitir juicios críticos que le formarán como ciudadano.
El papel de la escuela es fundamental en nuestra formación como ciudadanos. Nos prepara para que entremos en un mundo en el que el bombardeo de información nunca objetiva es constante, donde todo está mediatizado y obedece a unos intereses determinados. Es por ello que insisto – desde mi discurso optimista - en que es de vital importancia la concienciación de que la escuela debe aportar todos los instrumentos necesarios para “construir individuos libres de pensamiento” y con una muy alta capacidad crítica para discernir los mensajes emitidos por los grandes titanes de la comunicación.
Es obvio que el poder de los medios es extremadamente fuerte y cuenta con una amplia red de canales eficaces en la transmisión de sus mensajes, pero creo firmemente en la capacidad del individuo para seleccionar y para reflexionar. Cuanto más sentido crítico poseamos, menos manejables seremos por los intereses del mercado o los intereses políticos.

¿Cómo es el alumnado?.
Por una mayor funcionalidad, el sistema educativo tiende a homogeneizar. La escuela debe igualar oportunidades e individuos pero es cierto que la diversidad está presente en el alumnado.
El alumno puede ejercer lo que Bordieu llama violencia simbólica. La escuela presiona y los alumnos se oponen en determinadas ocasiones. Es curioso al respecto de la resistencia en el aula la reflexión sobre la figura olvidada del “zoquete” que analiza el francés Daniel Penac en su libro “Mal de Escuela”. El alumno que es capaz, pero que no quiere aprender y se siente excluído en el aula
A menudo asistimos a resistencias de índole externa cuando existe una falta de concordancia entre el escolar y la escuela.
El alumno puede percibir igualmente una violencia sistémica por parte de la escuela, cuando le llegan por parte del profesorado mensajes autoritarios, no flexibles o en lenguaje no adaptado. El profesorado no debe caer en esto para evitar esta situación y debe atender a la diversidad del alumnado a la hora de transmitir sus mensajes.
Existen diferentes tipos de alumnos con diferentes capacidades/ diferentes intereses /diferentes habilidades/diferentes niveles pero, sobre todo, con derecho a las mismas oportunidades. La igualdad se conseguirá teniendo en cuenta la pluralidad.
¿Y el profesorado?.
La diversidad está muy presente en el perfil del profesorado. Queda claro que sus valores en todos los casos deberían atender a la ética y al carisma profesional.
Las funciones del docente han sido ampliadas por las tareas administrativas que pueden minar su función original.
El profesor debe estar en continua formación, pero sobre todo en continuo contacto con la realidad cambiante.
Y esto último implica que el docente no olvide el papel social que representa en la escuela. No es un mero transmisor de contenidos y procedimientos. Debe ser capaz de entender a sus alumnos, de atender a cada uno de ellos, pues tienen necesidades diferentes, debe poder detectar en la medida de lo posible los problemas de la clase e intentar resolverlos. Al fin y al cabo el aula es un espacio de convivencia. También debe intentar desarrollar sus capacidades y enseñarles a creer en sí mismos mediante la seguridad que pueda transmitir en sus mensajes
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